Jose

Siempre hablamos del destino.
Pero kreo que lo hacemos porque es un tema bastante mítiko y que hace que la gente quede de inteligente (sin serlo) por tratar un tema más trascendental. Otros hablan de él, komo justificación de algo, komo un punto donde agarrarse, una trocito de esperanza.
Si hablo de ello es porque un día, no hace mucho, conocí a alguien.
Dormimos en la misma kasa, pero nunca coincidimos. Tuvimos una historia similar. Viajamos…. Aprendemos…Sentimos…

Subió al autobús, y raro en mi, me dió buena onda.

Paso el tiempo, no mucho, volvímos a koincidir. Y me dijo que alguien había pregunado por mi.

Yo conocía kosas de su vida, de su forma de ser. Pero no sabía kual era su kara. Mi compañero de piso le había llevado a dedo, y se había quedado k sus pekas. Me enteré quien era por pura casualidad. Por pura deducción y unión de detalles. Mucho más tarde.Ya, le habían ofrecido venirse a isla.

Por otro lado, había oído el mismo despertador que yo, meses antes. Había vivido kon alguien que me ha ayudado a darme cuenta de muchas kosas, dibujado kon los rotuladores que le había regalado en navidades y mirando por la misma ventana.

Otro encuentro más. También en el autobús. Nos pusimos ha hablar, y…. entonces supe todo esto.

Llego su cumpleaños, sin conocernos de apenas nada me dijo que fuera, pensaba que no iba a ir, pero nos encontramos casualmente.

Pasó el tiempo, …. una Gençana y quedamos para surfear, nunca aparecío, más tarde sería yo la que no apareciera por el shavana al fnal de temporada.

Fiesta en el tarter, nos vimos, jugamos un billar, kada día estabamos mas cerka. Yo conocí a sus kolegas, pero yo no lo sabía. Nuestro uniko lazo, era nuestro antiguo despertador.

Otra fiesta más. Apareció por allí junto a esos dos ojos negros que no puedo kitarme e la cabeza. Me kontó sus planes antes de ir a Argentina, y de nuevo la ofrecieron ir a Isla, pero esta vez fui yo. Y aceptó.

Llegaba el fin de temporada, yo debía irme antes, pero me ofrecío su kasa.
Podía quedarme, tambíen me habían ofrecido quedarme en otra kasa. Así que decidí esperar.

Dia 19. Iba al tarter a pasar mis ultimos dias, pero no sabía muy bien si iba a su kasa o la otra Solo sabía que eran amogos. Sorpresa: Eran compañeros de piso.

El destino, ha echo que nos enkontraramos. O un konjunto de casualidades que nos Hn unido.

Todo estaba unido.

Sí o sí, nos hubiesemos conocido. Hubieramos akabado en Isla, por mi, por kike,o si hubiese ido a la sierra (komo pensaba en un principio) y hubiese conocido a kis o alguno de estos. Habríamos koincidido, si hubiese ido allí o si hubiese pasado mi final de temporada en la kasa que en un principio me ofrecieron.


Me encanta. Su indepencia, (no hay mucha gente asi), se pone a dibujar sus kositas; se aburre y se pone ha hacer un kastilo de arena; se da largos paseos, y kuando se raya de su pelo agarra las tigera y se lo korta. Se echa limón para aclararse el pelo, lo siento, pero no funciona. Me enseña a manejar, porque yo soy un desastre. Gracias, ahora me va mejor.

A veces txokamos, pero somos akuario, es inebitable.

Playa, a playa; mate a mate, nos hemos recorrido algunas playas de Cantabria, (junto a mechi que nos dejo el día 9). Rekuerdo la mirada que tenía kuando llego a Sopelana. Y la sonrisa kuando akabamos en Sitges. La kara de moskeo kuando se pasa todo el día en el kotxe dando vueltas.
Somos un duo terrible: Pidiendo un cigarro en medio de la autovía en un atasko; inventando frases txamuyeras; pidiendo sal, aceite y keptxu; consiguiendo sándwiches gratis en el desayuno para tomarnos los últimos mates.

24 horas del día, durante un mes y ahora te hecho de menos. Pero se que estarás feliz, kon tus amigas de siempre, haciendo asaditos, manejando en la locura de Baires y pronto surfeando cerro Catedral.

Espero verte en septiembre mi niña.

Te amo nenita