DESPERTADORES

Este es….(la verdad es que nunca le he llegado a poner nombre)
…es el aparatito que a marcado las horas de mi invierno en Andorra.

Nunca me ha gustado tener relojes en kasa, que me mantengan al tanto de kuando debo hacer una kosa u otra, m prefiero hacerlas kuando tenga ganas o kuando, realmente las kosas tengan que salir. Pero kuando las cuerdas de la sociedad comienzan a moverte para que seas, lo que se supone una persona normal, en mi kaso, una mujer de provecho, adentrada al mundo laboral, sujeta a horarios, y a un jefe hijo de puta que te machaque la cabeza kasi todos los días, estos aparatitos aparecen en tu vida por obligación, (aunque no lo desees…)

Realmente…. Este año, he conocido dos diferentes, este que me hacía levantarme para trabajar, y otro que echare mucho mas de menos, el que me hacia quedarme sola en la kama. Eran diferentes, pero su sonido era igual.

Sonidos de despertadores….
El que vivía en la habitación de mi madre, y me decía que tenía que ir al kole. El de papa kuando nos quedabamos en zaratan más tiempo que un fin de semana.O kuando me levantaba para entrenar o Mar para trabajar.Hablaba.
El que vivío kon nosotros durante 2 años y m hacia levantarme de nuestra kama,
El de mi movil, kuando empece adormir sola.
El de “El patata” kuando sabe que me voy a quedar dormida, si vengo de fiesta y me tengo que ir a trabajar.

Los relojes markan mis mañanas, mis comienzos de día. Entonces deberían tener un sonido más agradable, komo un susurro que te dan los buenos dias… komo un beso, de despertar. La gente tendría mejor kara y empezaría k más ganas su nuevo día.

Ahora… este, marca las horas que me quedan para salir por esa puerta e irme, posiblemente, sin despedirme de muchas personas a las que me gustaría decirles todas esas kosas que nunca les he dicho….
Las cosas que nunca solemos decir, suelen ser habitualmente las mas importantes, algo asi komo “kosas que nunca te dige” (Isabel Coixet)